Ir al contenido principal

El Mulato de la chocolatería: chocolate con leche

El chocolate con leche se ha convertido en uno de los más consumidos a nivel mundial, esta mezcla que existe con el sabor elevado del chocolate ha sido una de las más adquiridas por su versatilidad y suavidad al consumirla, sin embargo, debemos saber distinguir un verdadero chocolate con leche. 

 La variedad en los tipos de chocolate con leche es amplia, desde la barra industrializada que contiene un porcentaje muy por debajo de chocolate de lo esperado en estos casos, hasta las que contienen diferentes tipos de cacao sin importar el origen de estos. 

 Catica cuenta con una gran característica que a ciencia cierta es el objetivo principal que la diferencia de grandes competidores, y es el respeto que existe en el sabor y olor de cada cacao; estos elementos son adheridos a la zona de donde provienen y al mezclarlos unos con otros, gran error que comente la industria chocolatera, no sería otra cosa más que desperdiciar la perfección que cada uno posee, el suelo, la tierra, la zona y el esfuerzo de cada agricultor da características que conforman los sabores y beneficios de las nibs del cacao, y de las barras que posteriormente consumimos.

 El color, olor, sabor, y textura son característicos y únicos de esta barra, la primera impresión visual que podemos apreciar no es otra que el brillo tan peculiar que posee, es notar una capa lisa con un brillo perfecto acompañado de un olor fuerte a chocolate que penetra nuestro olfato y nos hace sentir el sabor que a punto estamos de probar, el color es uno de los más característicos y es que la intensidad que posee es tan grande que si llegásemos a compararlo con algún ejemplar con leche de otra marca, chocolate con leche de Catica podría ser tomado como una barra 100% cacao, lo que hace que se convierta y sobresalga de entre sus similares. 

 La fuerza en el sabor es fundamental para lograr acaparar el consumo, la personalidad del chocolate resulta ser tan fuerte y elevada que logra el objetivo desde el primer momento, se hace notar y diferenciar, esta es una de las características más resaltantes de este ejemplar, el protagonismo que posee el sabor del chocolate nos hace pensar que es puro en sabores, y es tanta su fuerza que no resulta similar en cuanto a otros de su tipo, lo que nos deja un producto provocativo con esa sensación de estar consumiendo a ciencia cierta chocolate con leche y no al contrario, como muchas veces pasa. 

 Los procesos para la elaboración de estas barras de chocolate con leche son fundamentales, desde el lugar de donde proviene la cosecha en el Parque Nacional Henri Pittier en el estado Aragua, hasta el laboratorio de Catica son cuidados cada paso, la selección de granos, la elaboración, y el temperado se convierten en hechos con un cuidado minucioso para así realizar una barra que se convierte en deseable luego de la primera probada, y es que el 60% de esta es chocolate con cacao de Cata, lo que hace que se convierta en el protagonista principal en la composición de sabores. 

Recordemos que Catica cuenta con un objetivo que es respetar los orígenes, y esta barra no se queda atrás, no es solo chocolate con leche, se trata más bien de una barra de chocolate con leche hecha con cacao de origen, siendo un fuerte que posee y que podemos notar de principio a fin.

Por Luis Romero López 
Historiador UCV Venezuela 



Comentarios

Entradas más populares de este blog

El oro blanco de la chocolatería

Una de las grandes opciones que podemos encontrar en el mercado chocolatero, es el chocolate blanco, que sin duda se ha convertido en uno de los más consumidos; en el caso de Catica, contamos con una manteca de cacao con un magnífico origen, y es que esta es extraída de las variedades más resaltantes con las que cuenta el acervo cacaotero venezolano.   Cacaos de Cuyagua y Bahía de Cata, cultivados bajo la sombra del Parque Nacional Henry Pittier en el estado Aragua, el proceso para la fabricación de esta barra blanca que enaltece cada ingrediente con la que está elaborada, resulta ser más orgánico, pues cuenta con un proceso de selección minuciosa, grano a grano, comenzando desde la cosecha, secado, y dejando a un lado el tostado del grano, para mantener los sabores y posteriormente contar con una duración de hasta 18 horas en la máquina de refinado, lo que nos da como resultado la garantía y calidad en el olor y sabor.   Cuenta con manteca de cacao en un 40%, más elementos compleme

Chocolate 100% origen Venezuela

Uno de los grandes elementos que enaltece a Venezuela a nivel mundial es el cacao por sus características en aroma y sabor, sin embargo, encontrar una barra de chocolate con alto porcentaje de cacao puro, en la cuna del cacao fino de aroma, puede resultar una tarea ardua, y es que la comercialización e industrialización de este alimento de los Dioses ha generado un cambio y degeneración del mismo.   Si bien es cierto que el chocolate es uno de los dulces y manjares más consumidos y versátiles a nivel global, en el ejercicio de la comercialización masiva se perdieron grandezas de sabor, de aroma y de textura, provocando que esa barra que compramos y consumimos hoy en día no sea realmente chocolate, malacostumbrando a nuestro paladar y haciéndonos creer que cualquier cosa con aditivos, conservantes, azúcares y con un muy bajo porcentaje de cacao real, lo consideremos como ese alimento que los grandes maestros chocolateros de la historia se esforzaron por crear.   El trabajo de los maestr

Juana Antonia Diaz: Dulce Lechosa

La tradición y cultura son ingredientes que le dan un carácter único a cada uno de los platillos a elaborar, estos peculiares ingredientes nos ofrecen creaciones culinarias donde toman como cautivos cada uno de los distintos sentidos de los comensales, obligándoles así a ceder ante el antojo que estos les causa. Una vez se da este encuentro entre el bocado y el paladar, es donde empieza esta hazaña que busca descifrar, más que el buen sabor que el platillo puede ofrecer, un reconocimiento en que destaca la herencia, el conocimiento y el sentir propios de un sitio.  Juana Díaz, pobladora de Cata, es la viva estampa corpórea de lo que significan estas dos palabras; “Tradición y Cultura”, ya que a sus 100 años de edad aún aviva las herencias que se les fueron trasmitidas por sus antecesoras: madre y abuela. Desde muy pequeña se le enseñó a como labrar la tierra y aprovechar al máximo lo que de ella se cosecha, entre los 1000 m² de terrenos de los cuales es poseedora se hallan variedades d