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El oro blanco de la chocolatería

Una de las grandes opciones que podemos encontrar en el mercado chocolatero, es el chocolate blanco, que sin duda se ha convertido en uno de los más consumidos; en el caso de Catica, contamos con una manteca de cacao con un magnífico origen, y es que esta es extraída de las variedades más resaltantes con las que cuenta el acervo cacaotero venezolano. 

 Cacaos de Cuyagua y Bahía de Cata, cultivados bajo la sombra del Parque Nacional Henry Pittier en el estado Aragua, el proceso para la fabricación de esta barra blanca que enaltece cada ingrediente con la que está elaborada, resulta ser más orgánico, pues cuenta con un proceso de selección minuciosa, grano a grano, comenzando desde la cosecha, secado, y dejando a un lado el tostado del grano, para mantener los sabores y posteriormente contar con una duración de hasta 18 horas en la máquina de refinado, lo que nos da como resultado la garantía y calidad en el olor y sabor. 

 Cuenta con manteca de cacao en un 40%, más elementos complementarios como el extracto natural de la vaina de la vainilla, leche en polvo completa y azúcar, tomando en cuenta que estos últimos se encuentran en porcentajes equilibrados para complementar ese elemento que se busca resaltar en gran medida como lo es cacao. 


 El resultado que nos dejan las grandes marcas chocolateras comerciales, en el país, es la homogeneización de un chocolate blanco con un sabor único, claro y predominante; con cacaos de diferentes lugares del país concentrando sus sabores en uno solo y desperdiciando la grandeza con la que cada grano cuenta. 

 En el caso de Catica hablamos de chocolate blanco de origen, y es que cada lugar por su terruá aporta características en los sabores de cada grano de cacao, es así como la manteca extraída de cada grupo de ellos resulta concentrar las grandezas que posee, es nuestro trabajo resaltarlas y respetarlas sin que esta sea alterada o dominada por ningún otro elemento que sea usado en su fabricación.

  La selección y separación de los granos es importante, pues he ahí el secreto, lo que realmente diferencia el chocolate blanco que creamos es, esta barra con un blanco aterciopelado que nos enseña la realidad en sabores y combinaciones respetuosas en la chocolatería. Chocolate blanco de origen porque las características están impregnadas en su terruá, en sus variedades genéticas y en el porcentaje de grasa que puede contener ese cacao. 

 Los ingredientes son los grandes protagonistas, y hablo en general, porque en este caso desde la primera mordida podemos encontrar y distinguir la presencia de cada ingrediente con la que está elaborada, llevando a nuestro paladar a un viaje de sabores que unidos forman ese manjar blanco de la chocolatería que muchos creen haber probado. 

 Catica cuenta con una gran cantidad de sabores donde, claro está, es el chocolate el gran centro sobre el cual existen ingredientes que lo complementan, y es que cada paso es fundamental, desde que el fruto del cacao nace hasta que logramos obtener esa barra de chocolate en nuestras manos; así como todos los involucrados en el proceso, cada barra es especial y cuando hablamos de chocolate blanco lo es un poco más, pues se trata de una edición especial dedicada a una de las grandes creyentes de este proyecto. 

 Es la representación del compromiso de Catica con todos los actores que participan y hacen vida en el camino para la elaboración de todas las presentaciones con las que contamos, y en este caso se habla de una edición especial en memoria de Mérida Silva Croquer, una de las grandes productoras de cacao de la costa aragüeña, una persona que formó, y seguirá formando parte del mundo cacaotero venezolano, por eso cuando hablamos de chocolate blanco hacemos referencia a la grandeza de esta mujer, hablamos de compromiso y amistad. 

Por Luis Romero López
Historiador UCV 

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