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Hablemos de consumo y producción sostenibles

Actualmente tenemos unos 4000 millones de hectáreas de bosques que se dividen en unas 3740 millones de hectáreas de bosques naturales y unos 300 millones de hectáreas de bosques plantados. 

De estos bosques naturales, unos 1400 millones de hectáreas, es decir, el 34 % son “bosques primarios”, los que deberían movilizarnos a conservar a toda costa por múltiples razones, pero que hasta la fecha solo alcanzan un 18 % de bosques en zonas protegidas. 

Los bosques destinados a la producción cubren unos 2000 millones de hectáreas y producen la madera, las fibras y los productos forestales no maderables que el ser humano utiliza en su vida cotidiana, en todos los rincones del planeta. La gestión de estos bosques de producción es con frecuencia subóptima y, aunque en algunos lugares mantiene la capacidad de los bosques para producir productos básicos limitados (por ejemplo, la madera), a futuro esto podría ser desafiado por nuestro clima cambiante y las diversas catástrofes asociadas a este: tormentas, incendios forestales, brotes de plagas, enfermedades. 

 En muchos lugares la gestión actual ni siquiera permite esta condición de rendimiento sostenido y por tanto, es poco probable que podamos pedir más a estos bosques de producción que en total producen unos 4000 millones de metros cúbicos de madera en rollo. 

Teniendo en cuenta la población mundial actual, esto nos da unos 0,5 metros cúbicos al año por persona. Esto es lo que utilizamos ahora, y es poco probable que se reduzca mucho. 

En igualdad de condiciones, para dar cabida a los 1000 millones de personas adicionales que acogerá el mundo en 2030, necesitamos producir 0,5 mil millones de metros cúbicos más, lo que quiere decir que o bien aumentamos nuestra cosecha actual en los bosques de producción (lo que muy a menudo resulta insostenible) o bien cosechamos en bosques primarios o protegidos (lo que no sería una solución aceptable). 

Además, queremos pasar de una economía basada en los combustibles fósiles a una economía de base biológica. Queremos sustituir el hormigón, el acero, el algodón por productos derivados de la madera. Por tanto, necesitamos mucho más que los 500 millones vinculados al aumento demográfico. 

Entonces, ¿De dónde vendrá esta madera si queremos gestionar de forma sostenible nuestros actuales bosques de producción natural y conservar nuestros bosques protegidos/primarios? De unas pocas fuentes: de bosques plantados, de árboles en tierras agrícolas (agroforestería) o de algunas formas de bosques restaurados. 

En resumen, si queremos seguir cosechando árboles para producir los bienes que necesitamos y promover la bioeconomía, conservando los servicios ecosistémicos y la biodiversidad de nuestros bosques, esto es lo que tenemos que hacer, y hacer de forma urgente: 

– Proteger los últimos bosques primarios e intactos que quedan en el mundo. 

- Gestionar mejor los bosques de producción actuales. 

– Aumentar la proporción de tierras agrícolas con una cobertura arbórea significativa (potenciar la agroforestería) 

– Ampliar los bosques plantados donde tenga sentido y sea eficiente, pero nunca a costa de los ecosistemas intactos (bosques o praderas). 

– Aumentar nuestros esfuerzos de restauración y orientarlos hacia la producción de bienes, además de los servicios de los ecosistemas. 

Recordemos todo esto hoy, que el mundo celebra el Día Internacional de los Bosques.


Hacienda Cata, Foto de Juan de Dios Cata 


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